En los últimos meses el Sr. Aldo Mariategui (en adelante Sr M.), tal cual se lo ha hecho saber Levitsky, dirige sus ataques a esa parte de la población peru-ana que vota irrespetuosamente de manera distinta que el sabio aprendiz de periodista del siglo XIX en el siglo XXI. En el siguiente artículo ensayamos las motivaciones enfermizas de un individuo que solo quiere sembrar cizaña en las fracturas sociales del Perú Contemporáneo. La forma de dialogo virtual, la hemos sacado de la obra brechtiana , en  "dialogos con Mr. K"      
el Pánico moral 

Desestimado enemigo Sr M.

Ante su fina carta del ... de los corrientes, me permito esbozar algunas res-puestas sobre las inquietudes sobre mi critica las posturas racistas y exclu-yentes que Ud. abiertamente exhibe. 

En prmer lugar Sr M. para que Ud. entienda lo que significa para mi, me preguntaría que pasaría si los tiburones fueran hombres? 

pues Ud. Sr M. sería un defensor de la ley del tiburón a pesar de que en la cadena trófica es un poco más que una anchoveta sobrealimentada. Tal vez en la religión de los tiburones llamada neoliberalismo Ud. podría ser llamado al cielo de los tiburones para actuar de mascota entreteniendoles en la otra vida con sus absurdas formas de defensa del mundo tiburonesco, ya que al menos algún tiburón se dará cuenta que sus fanfarronadas, llamadas ensayos impopulares, más bien, alertan a los pececitos que sabemos leer, en las peceras de los tiburones  . 

 Dejeme contarle Sr M. que en una charla reciente con el historiador Carlos Aguirre, discutiendo algunas ideas de mi tesis de postgrado, Carlos me sugirió que utilizara esta entrada sociológica para mi tesis. Esta forma de afrontar un hecho social ya había sido usada por Monsalve para las elecciones de la década del 50  del siglo XIX. 

Hace ya muchos años, un grupo de sociólogos concibió esta nueva categoría de análisis para explicar, cómo un grupo reacciona ante las supuestas  actitu-des  y comportamientos culturales de otro grupo con argumentos exagera-dos o aun falsos, descargando una serie de prejuicios que justifican la acción contra el otro grupo señalado cómo indeseable.

  

el "electarado" en la mira

Ya que las anchovetas sobre alimentadas no son precisamente geniales para que tenga un ejemplo de lo que significa el pánico moral,en una pelicula de Chris Rock (pececito actor afrodescendiente) , se cuenta la historia de un candidato a la presidencia de EEUU que lleva el título en castellano " de in-competente a presidente" en la que se usa el sarcasmo para observar los miedos del electorado de pececitos blancos ante una candidatura presiden-cial de un ciudadano  miembro de las minorías. el perezoso elector norteamericano es alertado de la situación y, a pesar de que el voto es voluntario ,se ve cómo al activar sus miedos la gente entra en pánico moral y se dirige apresuradamente a votar, sin lograr evitar la victoria del afrodes-cendiente.  

Ud. Sr M., cómo buen admirador del pececito travestido "cómico" Benavides en su infame personaje de paisana Jacinta,  intenta utilizar los prejuicios racistas de la población de pececitos limeños que considera a los pececitos "cholos" "resentidos" y "envidiosos" del "progreso" de los "pececitos decen-tes" de Lima. 

En su lucha, Sr M. por descalificar el voto de los sectores mayoritarios de pececitos en los últimos meses ha dado en llamar a estos pececitos que no reciben sus sabios consejos de como votar por el pez candidato que es digno de sus afectos,tilda a los pececitos votantes como el "electarado". 

Lamentablemente esto no es nuevo en nuestra historia republicana. El santo curita Bartolome Herrera (que por ser tan fiel a los ideales cristianos debe estar en compañia del Señor) decía entre otras linduras que la raza "abyecta" de los indios (una forma elegante y no achorada y bruta como la de Ud. de ningunearlos ) era incapaz de tener la responsabilidad de votar. 

El miedo a la plebe indígena por parte de la "gente decente" iniciado con la Rebelión de "Tupac Mouse" (selecto nombre dado a Tupac Amaru por otra "intelectual" de la derecha achorada y bruta) se deja sentir con los resultados regionales por la versión andina de los indignados, que felizmente para el sr. Mariategui , por las experiencias funestas de la escalada subversiva, no vie-nen a Lima a ajustar cuentas con los que piensan como él. 

En el siglo XIX  personajes como Foción Mariategui el otro celebre antepasa-do de Alditus (más cercano en posturas de cuya bastarda descendencia surgió el abuelo de este escribidor,descendiente directo también de la estir-pe de las "viejas pitucas y de la china Tudela) se ponían a la defensiva, exclu-yendo en su proyecto republicano a la plebe aduciendo "la soberanía de la intelligentsia" . El miedo a esos efectos democratizadores culminó cuando el gobierno de Pierola promulgó la ley que separaba definitivamente al ciuda-dano "real" de la "indiada" en 1896 decretando la supresión del voto para los analfabetos, casi sinónimo de indígena para ese entonces.       

Por esos años, un Alditus del novecientos, Clemente Palma, descendiente de un intelectual al igual que el, pero a diferencia de A.M ; no un sabio inspirado por obra y gracia de San Google, sino de importante trayectoria intelectual y periodística, lanzaba toda la hez racista que pueda caber en una tesis. 

Lamentablemente para el Sr. M. el pueblo puede expresar su descontento a través del voto, y los beneficiados son aquellos que al menos hacen la finta que los representan mucho mejor que alguien que abiertamente los despre-cia.  Más bien el Sr M. debería estar contento que su pueblo aún confía en las formas democráticas y que los Santos y demás entretenedores políticos  aún pueden detener los efectos de descontento ante el selectivo crecimiento económico cacareado por los disqueliberales como el y no estemos ante el inicio de una "primavera árabe" de los "cholos" y electarados".          


En resumen Sr M. si no le gusta que los pececitos expresen su descontento las fauces de los tiburones siempre estarán abiertas para Ud. y viva el paraís-o de la religión tiburonesca del neoliberalismo.