Ayer estaba en un taxi y pude escuchar el gran programa de "comicos" los "fantásticos del humor" los que durante toda la parte que pude escuchar, se dedicaron a denigrar a los campesinos, convirtiéndose por su forma de ha-blar en una especie de versiones masculinas de "la paisana jacinta" ... El taxista un tipo de cabello y ojos claros, de amable trato, se divertía mode-radamente con los chascarrillos de los dos "comediantes" que fácilmente podían hacer sus comentarios y chistes sin sus patéticas caricaturas del modo de hablar de los quechuhablantes. No pude quedarme callado y le dije: al taxista: no le parece digno de un retrasado mental que la gente se ria de la forma de hablar de una persona, se imagina que viaje a Ud. a China y un grupo de chinos se ria porque habla con acento castellano? ,eso amigo, decía, es parte del escondido racismo que tenemos en la cultura, principal-mente de la gente más ignorante porque el racismo más intelectual, ataca de otra manera.....silencio en el taxi...segundos después veo que agarra el con-trol y cambia la radio a un programa de noticias.

Dos cosas me pregunto después de esta situación: ¿Realmente el taxista entendió que es denigrante y patética esta forma de hacer comedia, o simplemente fue condescendiente con un pasajero con terno, en camino a una universidad, lo que hacía fácilmente deducible que su quejoso cliente era un profesor universitario ? y finalmente, ¿habrá cambiado a esa radio de nuevo para gozar de su programa luego de la impertinencia del efímero pasajero?.

Este ensayo intenta comprender como el discurso racista se ha internalizado en los medios de comunicación a través de los programas de humor y los efectos multiplicadores en los sectores populares de la aceptación de este discurso como consecuencia de la  "carnavalización al revés" propuesta en este ensayo.    


El PODER DE LA RADIO Y EL EMPODERAMIENTO DEL RACISMO


Tal como dice su slogan: "la radio está más cerca de la gente. El guachiman de la esquina, el trabajador de camino a la empresa o de regreso a casa, gracias a los dispositivos celulares y baratísimos equipos, han hecho posible que se de el nuevo despegue de una forma de difusión y comunicación que estuvo en peligro de extinción. En cada transporte público que uno sube pude al menos deducir que de 10 usuarios del celular, al menos la tercera parte sino la mitad esta haciendo uso de la radio. 

 Como es de esperarse las radios de más sintonía colocan en su programación "lo que le gusta a la gente" . Por un lado, esto ha permitido que el reino del chofer y el cobrador y sus gustos musicales en el viaje se haya reducido. Pero lo importante que quiero acotar es una carnavalización al revés que como se ha ido internalizando sutilmente en la cultura popular 

La carnavalización actúa según Bajtin, subvirtiendo "el mundo social jerarqui-zado para convertirlo en el mundo al revés en donde se ridiculiza las figuras autoritarias, ya sea aristocráticas, religiosas o familiares, a través de personajes paródicos que cumplen análoga función, pero en un medio festivo e irreverente que anula la imagen y las acciones que representan"

Entonces de acuerdo a mis observaciones estamos viendo una carnavaliza-ción al revés porque los que ahora fungen de "inocentes" reproductores del discurso racista ya no son "grandes intelectuales" como un Javier Prado o un Alejandro Deustua, sino personas del mismo pueblo. El Sr. Benavides y los comicos ambulantes no provienen precisamente de aristocráticas familias de rancio abolengo. En una antigua entrevista en Teleguía mencionó que decepcionó a su padre abandonando la carrera de ingeniero en la Universidad Ricardo Palma en la que se sacaba "cero y cero uno"  continuamente. De esto podremos desprender que su habitual desprecio por el intelectualismo es nacido de sus propios fracasos, y que su familia era de la entonces abundante clase media emergente.  

 Por el lado de los "fantásticos" sus raíces populares y andinas son más que evidentes. Estoy seguro que si se tratase de su familia que fuera puesta en ridículo constantemente, darían el grito en el cielo pero toman distancia a pesar que sus  familiares antes de llegar a Lima tenían similares condiciones culturales de las que hacen mofa. Podemos decir que "ingenuamente" estos sres. se han convertido en los vehículos principales  de la reproducción de valores culturales hegemónicos propios del discurso racista que como el historiador Carlos Aguirre reflexiona en su libro sobre la historia dela esclavitud, es una "herida que no deja de sangrar".